viernes, 2 de diciembre de 2011

EL ESPIRITU DE LA NAVIDAD

Ya está aquí la Navidad y con ella, un cúmulo de buenos deseos para estas fechas. Y es que durante estos días un sentimiento fraternal nos embarga y el espíritu navideño nos invade y llena nuestros corazones de alegría, tolerancia y bondad.
Cómo ya sé que no es posible que este estado de generosidad navideña nos dure todo el año, quiero abogar por exprimir todo el jugo a estas fiestas.
            Así, propongo esforzarnos en ser mejores personas de lo que normalmente ya somos con acciones fáciles de realizar y muy muy satisfactorias.
Por ejemplo, ceder el paso al coche que se quiere incorporar a nuestro carril, ayudar a la señora que va cargada de bolsas o simplemente ser más tolerantes con los errores ajenos.
            Olvidemos nuestras diferencias con amigos, primos o vecinos y pensemos en el otro; pongámonos en  su lugar y seguro que no vemos las cosas tan blancas o tan negras.
Instalemos una sonrisa en nuestros corazones, una sonrisa que saldrá al exterior y se instalará en nuestro rostro y nos provocará una luz especial en la mirada.
Abracemos a nuestros seres queridos como si fuera la última vez. Digámosles cuánto les queremos y lo felices que nos hacen. Dediquémosles más tiempo y olvidémonos de las prisas; hablemos, juguemos, paseemos y aprovechemos cada instante para vivirlo plenamente y guardarlo en nuestra memoria.
Llamemos a ese amigo o amiga en el que pensamos pero con el que por falta de tiempo no hablamos. Busquemos un bonito mensaje para enviar vía correo o vía e-mail a nuestros seres queridos.
Brindemos por la paz en el mundo, por la erradicación de la pobreza y por la eliminación de barreras entre los seres humanos. Y después de brindar y tener un buen deseo, llamemos a alguna de las cientos de ONG que hay y hagámonos socios- porque no sólo de intenciones vive el hombre-.
Busquemos también la forma de colaborar con nuestros convecinos en las tareas diarias y seamos capaces de reconocer que nos hemos equivocado cuando así haya sido.
Encontremos la forma de ser más felices y de hacer felices a los que nos rodean. Ahí radica el espíritu de la Navidad, un halo de emoción que nos hace sentirnos mejores personas, irradiar optimismo y compartir con familia y amigos momentos de confraternidad.
Es tiempo de celebrar, tiempo de alejar de nosotros la polémica y los sinsabores de la vida diaria. Son fechas para pensar en lo verdaderamente importante de la vida y tener esperanza en un futuro mejor para nosotros y para las generaciones venideras.
Es hora de reflexionar sobre qué mañana queremos para esta sociedad nuestra y hacernos parte activa de ese cambio que se nos brinda de manera gratuita para lograr el milagro de la Navidad.

                                                                                  ANA GAMERO.


1 comentario:

  1. Ana, un mensaje lleno de vibración positiva, lleno de ti. Ahora bien prefiero irradiar todo eso a lo largo de todo el año, son muchas cosas para tan pocos días. Acabas de dar la clave para ser felices. Me ha encantado que no hables de regalos, comilonas y gastos innecesarios. Este años es muy difícil para muchas familias así que a tu lista le vamos a sumar el transmitirles que no es necesario tanto derroche material.

    ResponderEliminar