jueves, 19 de diciembre de 2013

EL VINCULO


Un buen día, Gisela llegó del colegio con una pregunta. Estaba en la edad de plantear cuestiones por doquier y su madre casi siempre salía victoriosa de los interrogatorios. Pero hoy Gisela la esperaba con todo un reto.

-Mamá, ¿ Qué es un vínculo?.Sus grandes ojos verdes la miraban esperando una respuesta, pero ésta no llegaba. La sorpresa inicial había dado paso a una reflexión profunda y a una interiorización de todo aquello para poder dar una explicación que sobrepasara lo abstracto y se situara al nivel del entendimiento de aquella curiosa pequeña de 5 años.

La cogió de la mano y la llevó consigo hasta el mullido sofá. Le indicó que se sentara y la invitó a abrazar un cojín.

-Un vínculo es una conexión, le dijo mientras le acariciaba la cabecita. –Un vínculo es lo que tú y yo tenemos, Gisela, porque entre nosotras existe amor, respeto, cariño, complicidad y comprensión. Todo eso da lugar a un vínculo, o lo que es lo mismo, una sucesión de sentimientos y emociones entre las personas que hace que estas permanezcan siempre unidas.

Gisela intentaba entender, pero el concepto se le escapaba. Su madre volvió a intentarlo.

-Desde el momento en el que supe que estaba embarazada de ti, entre nosotras se creó un vínculo, igual que el cordón umbilical al que permanecimos unidas durante 9 meses. Ese vínculo es tan fuerte que ya nunca se rompe, a pesar del tiempo y la distancia. A pesar de las discusiones que podamos tener o del carácter de cada una. El vínculo es mágico e irrompible.

-Y eso sólo lo tenemos tú y yo, mami?-preguntó Gisela boquiabierta.

-No, hija, el vínculo no es sólo nuestro, sino de todas aquellas personas que abren su corazón a los demás. Es como un lazo invisible que nos une a través del amor, la amistad, el afecto, el compañerismo, la familia y que nos hace sentirnos especiales con la persona con la que lo compartimos.

-Tener un vínculo con alguien es como tener un tesoro, pequeña. Porque nadie puede vivir solo. Necesitamos amar y ser amados. Ser y tener amigos. Buscar y encontrar retazos de nosotros mismos en los demás. 

Una mirada cómplice, unas risas con las amigas, un abrazo sin motivo aparente, una pasión compartida o aficiones en común. 
Todas esas pequeñas cosas hacen que creemos vínculos con el mundo y nos sintamos parte de algo y cercanos a alguien.
Gisela parecía absorta en sus pensamientos, absorbiendo las palabras de su madre, digiriéndolas, reflexionando sobre ellas, porque, a pesar de su corta edad, aquella era una niña especialmente madura, serena y sensitiva.

-Ya nunca se me olvidará lo que es un vínculo, mamá- dijo al poco rato. Porque me lo has explicado tú y porque ahora sé que esto que yo sentía ahora tiene nombre.

- Recuérdalo siempre, mi amor, porque de ello dependerá en gran parte tu felicidad. De establecer vínculos afectivos con las personas que te rodean. Sonreir ante las pequeñas cosas, hacer un guiño a la vida y regalar momentos mágicos a los demás. Y así atesorarás vínculos y experiencias increíbles que te harán una gran persona.

-Mamá, ¿me das un abrazo?...

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