Cumples 10 años. Tu primera década. Ya
eres mayor. Te estás convirtiendo, poco
a poco, día a día, en una preciosa mujercita con un carácter fuerte y una gran
personalidad.
Sigues conservando,
eso sí, esa mirada limpia y pura, blanca como tu corazón. Decidida y
espontánea. Impulsiva e Inteligente. Profunda como tu misma esencia. Porque tú alma es Grande, Mi Niña. Y no
permitas que nunca, nadie, te diga lo contrario.
Ha sido un año
difícil, largo y duro, pero tú, con una madurez impropia para tu edad, has
estado ahí en todo momento. Asimilando las nuevas circunstancias
desde el silencio y la reflexión. Ayudando a tu hermano a entender lo que al
mismo tiempo intentabas entender tu misma.
Pero lo hemos
conseguido, Mi Niña. Hemos superado los malos tiempos y ahora, con tus recién
cumplidos 10 años te toca empezar otra etapa de tu vida. Una etapa que estará
plagada de cambios, de sorpresas, de momentos especiales, de cosas maravillosas
que te convertirán en una gran mujer.
Parece que fue ayer
cuando te cogí en mis brazos por primera vez. Y tu llanto asustado se calmaba
al ritmo que escuchabas mi corazón. Siempre tan buena, siempre tan comilona,
siempre tan magnífica compañía.
El tiempo ha pasado
casi sin darme cuenta y como si de una estrella fugaz se tratara, has surcado
los primeros diez años de tu vida a una gran velocidad, dejando una estela de
recuerdos imborrables, de estampas únicas, de imágenes que permanecerán por
siempre en mi memoria.
Espero haberlo hecho
bien durante estos primeros años de tu vida. Dios sabe que lo he intentado y he
puesto todo mi amor y mi empeño en ser mamá, algo a lo que nadie te enseña, un
temario sin libro de instrucciones que tienes que aprender día a día a base de
mucho cariño y aún más esfuerzo y sacrificio.
Pero los desvelos nocturnos, las
preocupaciones, la inquietud ante una fiebre inoportuna, la incertidumbre por
tu futuro. Todo eso ha merecido la pena cuando te miro ahora.
Tu seguridad en ti misma,
tu desparpajo, tu responsabilidad, son tu sello de identidad. No lo pierdas
nunca. Y crece despacio. Tienes, si Dios quiere, toda una vida por delante para
vivir intensamente. Pero sabe mejor si la bebes a sorbos, disfrutando de cada
momento que te regale el destino. Y ríe, cariño. Ríe mucho. Porque la risa sana
las heridas del corazón y alegra el alma.
Sigue siempre tu
camino, márcate metas, siempre adelante, siempre con humildad pero con cabeza
alta. No pierdas nunca tu corona de princesa. Porque eso es lo que eres, mi
princesa. Una princesita de 10 años que pronto será una jovencita que
prescindirá del rosa y querrá volar. Y yo estaré ahí para ver tu vuelo, siempre
alerta, siempre pendiente, siempre preparada para tenderte los brazos si caes.
Las madres somos así. Es algo que viene en el pack.
Yo seré tu madre toda
la vida y tú serás mi niña toda la vida. Aunque crezcas, aunque ya no me
necesites, yo seré siempre como aquella madre primeriza a la que un 20 de
septiembre de 2003 le pusieron a su niña en los brazos.
Sé feliz. Sé muy
feliz. Oblígate a serlo, todos los días, aunque el tiempo arrecie y la mar este
bravía. Inténtalo con todas tus fuerzas. Porque de ello dependerá el resto de
tu vida.
Te quiero. Te quiero
como todavía tú no puedes entender. Con fuerza, con pasión, con desesperación. Te
quiero porque eres lo mejor que me ha pasado en la vida y porque tú haces que
sea mejor persona, consigues que saque fuerzas cuando estas me abandonan y me
empujas a seguir adelante, por ti, por nosotras.
Mi deseo para este
día de tu cumpleaños: ¡que estemos siempre juntas! , porque Juntas formamos un
gran equipo, Mi Niña, mi princesa, mi tesoro.
Te
quiero.xxxx
Mamá.
Doble felicitación a la niña por su cumpleaños y por tener a esta mamá que tanto la quiere. Que compartáis muchos buenos momentos juntas y la felicidad nunca os abandone.
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